La desinformación, las fake news, etc… son conceptos que están en el punto de mira. En el otro extremo se intenta compensar con términos como alfabetización informacional. Lo cierto es que tanta oferta de información obliga a tener mayor rigor a la hora de elegir bien las fuentes, de conocer el contexto. En definitiva, distinguir entre información y propaganda, entre noticias y noticias falsas.
El 5G de las noticias falsas
Las noticias falsas pueden difundirse con una rapidez seis veces mayor que las verdaderas. Son en sí mismas un “5G”. Tienen un alcance mucho más amplio, es decir, llegan a muchas más personas. Además, una noticia falsa es muy difícil de desmentir una vez que han pasado 48 horas desde su lanzamiento. Y peor aún, su rumor permanece mucho mas tiempo y puede volver a surgir en cualquier momento.
“Si el rumor “A” es tuiteado por diez personas por separado, pero no retuiteado, generará 10 cascadas. Alcanzará 10 cascadas de 1 item cada una. Si el rumor “B” es tuiteado por dos personas en twitter y cada uno de esos dos tuits es retuiteado cien veces, el rumor alcanza dos cascadas, pero cada una con cien ítems.” Soroush Vosoughi, Deb Roy, Sinan Aral. The spread of true and false news online
Se puede pensar que estas características obligan a quienes trabajan con información a estar muy alertas a la hora de buscar y manejar datos, a la hora de publicar noticias o informes y sobre todo a la hora de tomar decisiones que estén basadas en una información concreta que ha sido recibida por diversas fuentes.
¿Hay alguien que profesionalmente en algún momento no tenga que enfrentar en su día a día alguno de estos supuestos? ¿Alguien que no trabaje con información o que la información no sea básica en su toma de decisiones, por pequeñas que estas sean? Quizá la respuesta a estas preguntas sea un no rotundo. Por eso est tan importante la alfabetización informacional. Porque hoy en día todas las empresas, todos los perfiles de trabajo trabajan o incluso basan su trabajo o el éxito de su trabajo en la información.
No nos engañemos, aquí no hay perfiles profesionales diferentes, aquí hay una materia prima común: la información, que forma parte de todas las cadenas de producción de todos los sectores. Eso sí, en algunos su uso/difusión puede llegar a ser una materia mucho más delicada.
Noticias, fake news, false news, rumors, rumors cascadas…
El término general o el más utilizado es fake news. Para investigadores de la comunicación, este termino se ha polarizado. La política lo utiliza para marcar con este término, fuentes que no están en su misma línea de pensamiento.
Por eso desde la academia, se está empezando a sustituir por otros mas inequívocos como noticias verdaderas (true news) o noticias falsas (false news). Sin olvidar que fake news y desinformación (disinformacion) tienen el significado implícito de distorsión de la verdad.
Otro término a analizar es el de noticias. Este puede referirse a su procedencia de una fuente institucional. Pero en la actualidad, también se utiliza con cualquier afirmación que aparece en Twitter.
Los rumores son un fenómeno social y se producen cuando una noticia o varias, se difunden tras pedir su difusión. Los rumores implican intercambio de peticiones de difusión entre personas. Las noticias son una afirmación, sean compartidas o no.
El papel de las emociones
Los rumores falsos se pueden rastrear y medir mejor que los rumores que tienen una base de verdad.
“Hay ocho emociones basadas en la clasificación de Plutchik: alegría, confianza, miedo, sorpresa, tristeza, aversión, ira y anticipación y una lista de unos 32.000 hastags de Twitter y sus asociaciones con estas mismas emociones. Las emociones expresadas en respuesta a falsedades ayudan a conocer qué factores (además del efecto “nuevo contenido”) están implicados en la decisión de compartir noticias falsas.
Aunque no podemos afirmar que la novedad cause retweets o que la novedad sea la única razón por la que las noticias falsas se retweetean más a menudo, encontramos que las noticias falsas son más novedosas y que es más probable que la información nueva sea retweeteada.” Soroush Vosoughi, Deb Roy, Sinan Aral. The spread of true and false news online
En muchos estudios realizados se aprecia cómo el principal factor para la difusión de noticias falsas es el humano. La decisión que una persona toma en un momento dado para replicar una noticia falsa o verdadera en línea. Esa conducta es la que requiere de mayor investigación en comparación con la identificación de los creadores o emisores de noticias falsas.
“Una identificación más robusta de los factores del juicio humano que impulsan la difusión de noticias verdaderas y falsas en línea, requiere una interacción más directa con los usuarios a través de entrevistas, encuestas, experimentos de laboratorio e incluso neuroimágenes”.
De momento, la noticia verdadera que puede extraerse como conclusión de esta reflexión quizá sea: Tenemos en nuestra mano reducir el impacto de una noticia falsa. Simplemente haciéndonos una serie de preguntas antes del ese click que iniciará una larga cascada de retuits.