El eterno debate en torno a las bibliotecas: servicio vs. especialización. Este debate sobre el papel de las bibliotecas universitarias, académicas e incluso públicas va poco a poco acercando posiciones a la realidad.

Quizá porque estamos en un momento de cambio (llevamos bastante tiempo en un momento de cambio, pero puede que ahora haya llegado el momento de camio de verdad). Pero en realidad porque el cambio viene “impuesto” o provocado por la irrupción de nuevos perfiles profesionales en las bibliotecas ante el rápido avance de las tecnologías de la información.

Como siempre que se aborda un tema relacionado con el futuro de toda una “Institución” con larga trayectoria histórica, son muchos los puntos de vista, debates y visiones que genera. Y ya sea desde dentro o desde fuera de la profesión. Se puede valorar la formación académica de los profesionales de bibliotecas y su necesidad de adaptación a la realidad.

La inclusión en las bibliotecas de tanta tecnología o “tantos” nuevos servicios llega a veces a convertirlas en una no-biblioteca. El fantasma del mal llamado intrusismo por no decir transdisciplinariedad.  Ahí entran todos: los centros de documentación, las bibliotecas generalistas, las bibliotecas especializadas, las bibliotecas de departamentos, de institutos de investigación, bibliotecas públicas… Y un largo etcétera que recoge mas de lo mismo con otros nombres.

Qué es una biblioteca

En este momento (principio de curso 2018-2019, nueva etapa en la Red de Centros de Documentación Europea…) me llama la atención la lectura de dos documentos que han llegado por distinta vía a confluir en un mismo argumento.

Ambos fueron publicados en el año 2011 y en el ámbito anglosajón. Datos estos importantes por dos motivos. Por el hecho de que se trate de publicaciones fechadas hace ya siete años aunque sigamos en “el debate”. Porque son publicaciones procedentes de entornos en los que la profesión bibliotecaria goza de un gran prestigio social.

Estas publicaciones son:

The value of libraries for research and researchers

Realizado por Research Information Network y Research Libraries UK.

Defiende el valor que las bibliotecas tienen como servicio o mejor dicho: como centros al servicio de la investigación.

A skunk in the library: Path to Production for Scholarly R&D de Bethany Nowviskie.

Ponencia presentada en la Universidad de Nebraska. Ofrece un relato muy diferente, apostando por la consideración de las bibliotecas como un centro de investigación independiente y especializado dentro de la institución de acogida.

Biblioteca como servicio

En The value of libraries for research se enumeran las funciones de las bibliotecas. Podría tomar forma de: “diez cosas que a lo mejor no sabes, y deberías saber de una biblioteca”. Entre ellas destacamos:

  • Las bibliotecas ayudan a las instituciones a atraer y retener talento, y por tanto proyectos de investigación.
  • Además de ayudar a los equipos de investigación a conseguir financiación, puesto que se presentan como un valor añadido a proyectos.
  • Los repositorios mejoran la visibilidad de la institución y de sus investigadores e investigadoras.
  • El personal especializado de las bibliotecas está capacitado para trabajar con académicos.
  •  La biblioteca ofrece un servicio de reconocido valor para la investigación, incluso reserva espacios privados para que los trabajos de investigación se puedan realizar en un ambiente más cómodo y da acceso a contenidos de alta calidad.

En uno de los capítulos se destaca:

El personal especializado a veces trabaja asociado con los departamentos académicos […] y esto puede alterar profundamente los roles de los especialistas [de la biblioteca], alejándolos de roles de gestión de colecciones más tradicionales.”

Y en las bibliotecas en las que se ha producido ese cambio existe un papel más proactivo, trabajando en asociación con académicos y actuando incluso como consultores.   Visto así, parece toda una revolución.

Finalmente, la biblioteca está definida en este documento como: “manifestación física de los valores de la academia y de la erudición”.

Biblioteca como Alternativa Académica

El segundo documento recoge la reflexión de  Bethany Nowviskie  antes referido. Ella se considera una “Académica Alternativa” término que se refiere a aquellas carreras en educación superior que no son de docencia o investigación. En palabras de la autora: “alguien que se ha formado y adquirido cultura como erudita humanista, antes de pasar a un puesto de alta administración. Pero que ni es profesora titular ni investigadora.”

Su afirmación es muy clara y se presenta muy bien argumentada. Nowviskie se basa en el hecho de que “el personal especializado de bibliotecas suele tener una amplia experiencia como investigadores, como escritores y como profesores, además de como bibliotecarios.”

Por ello, Biblioteca/Academia/Investigación pueden trabajar al mismo nivel siempre y cuando sus profesionales (las/los bibliotecarios) con alta especialización sean vistos “desde el otro lado del mostrador de referencia.”

Este punto de encuentro no impide que la biblioteca pueda seguir ofreciendo un servicio y una ayuda a la investigación. No es algo que desaparezca  porque este ha sido a lo largo de la historia y sigue siendo uno de los principales puntos fuertes de lo que se considera una Biblioteca como institución.

Pero también, y cada vez más, puede “ser socio” en proyectos de investigación y no solo “proveedor de servicios” del proyecto. Algo ya está presente en muchas bibliotecas de muchas universidades. Pero que cuesta. Y por ello sigue siendo necesaria su puesta en valor en el día a día y está muy lejos de ser tarea fácil.

La verdad sobre el futuro de las bibliotecas

Quizá esta intención de poner en valor, o dicho de otra forma más proactiva, de reivindicar el futuro de las bibliotecas, es lo que ha llevado en los últimos años a construir teorías, tareas y esquemas vestidos de novedad. Incluso a veces tomando prestado de otros perfiles profesionales elementos que a priori pudieran aportar visos de futuro y que producen gráficas y esquemas dignos de malabaristas. Y muchos de sus contendios, creo, cada vez más alejados del concepto de origen. Del concepto Biblioteca.

Así, nos encontramos que biblioteca/bibliotecarias/bibliotecarios… pueden ser ahora o se asocian con términos como: CRAI, curación de contenidos, repositoris, digitalización, “cultural analisys”, curación digital, datos de investigación, ciclo de proyectos, preservación, minería de datos, …

Nowviskie reflexiona de manera muy acertada sobre ello.  Sobre el papel de la biblioteca especializada. Y también merece repetir el juego de: “diez cosas que a lo mejor no sabes, y deberías saber de una biblioteca.” Lo único que en este caso podríamos añadir… “y que nunca imaginabas”:

  • ¿Qué sucedería si nuestro trabajo [en la biblioteca] fuera: experimentar, itinerar, liderar nuestras propias agendas intelectuales y de investigación?
  • ¿Qué pasaría si defendiésemos la calidad de los recursos digitales en aquellos casos en los que sea un enfoque que atraiga especialistas?
  • ¿Qué pasa si nuestra obligación fuera jugar?
  • ¿O hacer las cosas que queremos ver hechas?
  • ¿Colaborar como locos – con académicos locales, con otros bibliotecarios, y con la comunidad más amplia de código abierto y acceso abierto que los abarca a ambos?
  • ¿Qué pasaría si pudiéramos mostrar a nuestras propias organizaciones una producción académica y de I + D nuestra?

Y añade:

“En definitiva, ¿Qué pasaría si nos mostráramos simplemente como lo que somos, como bibliotecas? Si llegamos a este momento, se podría dar un paso más puesto que estamos hablando del verdadero origen y sentido de las bibliotecas.”

Biblioteca y humanidades

Biblioteca laurenciana

Nowvieskie reclama en su ponencia el papel de la biblioteca. Studium humanitatis

Reclama la responsabilidad de las bibliotecas para con las humanidades (en concreto las denominadas humanidades digitales).

Defiende que esta responsabilidad ha de ir más allá de la de ofrecer servicios. O que al menos, han de estar combinadas.

Advierte que:

“Esta es una responsabilidad que lleva a crear grupos de investigación con agenda propia. Grupos suficientemente reconocibles. Integrados en una gran biblioteca y con profesionales con un destacado perfil en cuanto a su especialización.”

Un buen consejo sin duda y un buen colofón para esta reflexión de inicio de curso.