Desde su creación, la Unión Europea aspira a estar socialmente unida, pero ¿cómo?
Cuenta entre sus objetivos convertir Europa en un mismo bloque multicultural que, a pesar de las diferencias regionales, compartan objetivos y políticas comunes. Es decir, ser una civilización de consenso y organización entre los distintos Estados miembros.
Tras el proceso de unión monetaria y económica en el que se ha centrado la UE durante los últimos años, el 26 de abril de este 2017 la Comisión Europea dio el primer paso para establecer unos derechos sociales mínimos para todo el continente.
Aunque los instrumentos y la mayor parte de las competencias se encuentren en los propios Estados y los respectivos interlocutores sociales, la Comisión y las diferentes instituciones de la UE Europa pretenden contribuir e incentivar que los 28 miembros de la Unión Europea reflejen dentro de sus fronteras esta Europa social.
Los pilares principales sobre los que se irguen son: la conciliación de la vida familiar y la actividad laboral, la actualización de los contratos de trabajo y adaptar el acceso a la protección social a los nuevos tiempos.
La importancia de la cooperación
La Comisión Europea ha hecho hincapié en que es un proyecto a realizar entre los Estados y la UE porque ésta no tiene jurisprudencia en ciertos aspectos legislativos dentro de cada país.
Además, han reivindicado la importancia de cooperar con los denominados interlocutores sociales. Este término hace referencia a los sindicatos y las empresas pertinentes, ya que son una parte esencial a la hora de entender las necesidades de los trabajadores y el efecto de las nuevas tecnologías en las diferentes profesiones.
No quieren dejar de lado a estas instituciones, sino alcanzar un consenso con el que establecer unos derechos mínimos que puedan garantizar que, los pilares antes mencionados, sean competentes y aseguren la dignidad del empleado y el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar.
Pero, también, se ha recordado el papel de los gobiernos en esforzarse alcanzar lo que, por ahora, es un proyecto de futuro: igualar en toda la Unión Europea las condiciones laborales y poder establecer unos mismos derechos para todos los ciudadanos sin distinción y, en algunos Estados, reforzar el aspecto social del país.
La Comisión Europea ha asegurado que durante este proceso se mantendrán amplias consultas en la que participen todas las partes interesadas, sobre todo en los casos en que la aplicación eficiente de estas iniciativas requiera de otras propuestas o cambios en la propia legislación de la Unión Europea.
Una Europa socialmente unida
Según datos aportados por la Comisión Europea (Comisión Europea, 2017) en 2005 la participación de las mujeres en el mercado laboral frente a la de los hombres seguía distando en un 11,6% – e incluso en algunos países del 30% – en las familias con hijos menores de seis años. Lo que aumenta directamente la brecha salarial, situada en torno al 16,3%, y la diferencia en las pensiones, que llega hasta el 40%. Por lo que una de las principales propuestas dentro del Programa de Trabajo de la Comisión Europea para 2017 es la posibilidad de conciliar la vida familiar y la laboral.
Esta iniciativa propone que los padres dispongan de 10 días hábiles libres en fechas cercanas al nacimiento de un hijo/a. También se ha propuesto que el actual permiso parental se alargue hasta los 12 años de edad (frente a los 8 actuales), permitiendo solicitar horarios de trabajo flexibles y asegurar que, durante el periodo que se pida el permiso, el subsidio económico esté (como mínimo) al nivel del de enfermedad.
Además, el permiso parental ya no sería compartido por los dos progenitores, lo que permitía transferir los días libres de padre a madre y viceversa, sino que la propuesta los entiende como individuales e intransferibles. Con esto se pretende fomentar la igualdad al evitar que la preferencia a abandonar temporalmente el puesto de trabajo recaiga sobre la madre.
Respecto a los derechos del trabajador, la Comisión propone legislar sobre obligación de las empresas a informar por escrito sobre todos los aspectos esenciales de un puesto de trabajo a los nuevos empleados. Frente a los nuevos tiempos han pedido una modernización de los contratos de empleo.
El nuevo entorno de trabajo
Las nuevas tecnologías han generado situaciones de trabajo “atípicas” (como, por ejemplo, el pluriempleo desde el hogar o los famosos “youtubers”) por lo que es una necesidad primordial adaptarse y poder garantizar que estos empleos tengan los mismos derechos y garantías que los tradicionales. En la actualidad se están generando situaciones de precariedad y/o grandes desigualdades entre los jóvenes, que son quienes se ven más afectados por esta revolución laboral.
En la misma línea, la Comisión insta a los interlocutores sociales que adapten el acceso a la protección social para asegurar que, tanto autónomos como los trabajadores “atípicos”, puedan optar a ella y disfrutar de sus beneficios. Con ello se evitarían las grandes diferencias que sufren muchos trabajadores jóvenes.
Como conclusión, la Comisión Europea ha empezado un proceso dirigido a asegurar a los jóvenes una vida laboral digna e igualitaria, al menos en cuanto a derechos mínimos. Y ello sin tener que renunciar a necesidades básicas como la seguridad social, aunque se generen nuevas formas de trabajo. Y también incentivando el papel de la mujer en la sociedad y en el mercado laboral.
En definitiva, un largo camino para construir una Europa socialmente unida.
Guest post: Luis H. Rodríguez, alumno de Grado de Periodismo UFV. Artículo incluido en Europa Siglo 21, nº 65