“Lo que no necesitas tiene un valor”. Así se presenta en su portal online corporativo Surus Inversa, empresa que ofrece soluciones sostenibles para gestionar la venta a nivel internacional de los bienes y activos desechados por otras compañías -equipamientos, maquinaria industrial, instalaciones en desuso, plantas completas, excedentes de producción, demoliciones, residuos, etc.- a través de Escrapalia, su plataforma de subastas, a la que se puede acceder desde cualquier lugar del mundo. Una web de las “segundas oportunidades”, subraya Patricia Vela, responsable de marketing, “porque todo lo que a alguien ya no le sirve, siempre hay un comprador al que le puede valer para desarrollar, por ejemplo, un incipiente negocio. Un equipo nuevo quizá no se lo pueda permitir, pero uno de segunda mano, sí”.
Los creadores de la empresa, Adolfo Cancelo y Gonzalo Herranz, se dieron cuenta de que en España apenas estaba contemplada la gestión empresarial de la “logística inversa”, es decir, la existencia de actividades asociadas al producto después del punto de venta o tras salir de su ciclo vital. En su lugar, las empresas, al cerrar o renovar sus bienes, tiraban de chatarrero, quitándose así un peso de encima. Sin embargo, estos dos emprendedores, uno procedente del mundo de la ingeniería, el otro de las finanzas, “vieron”, cuenta Patricia, “que esto, gestionado de una manera mucho más optimizada, suponía un retorno económico para la empresa y, también, un beneficio social y medioambiental que después quedaría reflejado en sus memorias de sostenibilidad”.
En 2011, tres profesionales del mundo de la logística comenzaron a trabajar en este proyecto de economía circular, terminología que entonces se desconocía, y en soluciones de sostenibilidad. Hoy forman un equipo multidisciplinar de más de veinticinco trabajadores con representación -oficinas y almacenes- en Madrid y Valencia. Al poner a disposición del mercado secundario su catálogo de bienes reutilizables, Surus Inversa destaca, como uno de sus principales valores, la ayuda que ofrecen al tejido empresarial más pequeño del país.
“Nosotros”, explica Adolfo Cancelo, “influimos en la economía circular de forma directa. Somos ejecutores después de una fase de venta”. Su conocimiento en esta área se basa en el cumplimiento de la legislación y en ayudar a sus clientes a conocerla. “Estamos analizando cómo integramos todos esos procesos de medición de huella de carbono, CO2, que cuesta dios y ayuda. Existe mucha teoría, pero poca concreción. Esto es uno de los aspectos donde se podría investigar”.
Surus Inversa trabaja con Administraciones públicas, como Ayuntamiento de Madrid o Ministerio de Defensa y grandes empresas, muchas de ellas que cotizan en el IBEX 35 como Repsol, Naturgy, Ferrovial, Banco Sabadell y la mayoría, están participadas por Fondos FTSE, fondos verdes que solo invierten en empresas que aplican a su modelo de trabajo logística inversa. Como ejemplo, el 28 por ciento del capital invertido en Repsol viene de fondos verdes. Para ellos es un negocio rentable implantar soluciones sostenibles en cuanto a la gestión de sus activos porque de otra manera no obtendrían financiación. Con la nueva ley (Ley 11/2018, de 28 de diciembre) en materia de información no financiera y diversidad en España, aclara Adolfo, las empresas están obligadas a generar un reporte sobre la actividad medioambiental en el informe no financiero y también pueden aportar estudios más detallados sobre huella de carbono, políticas de adaptación a los impactos del cambio climático y otras cuestiones al resto de la información ambiental requerida por esta Directiva Europea.
A diferencia de otros países vecinos, en España ni existe ni se difunde el concepto de “reempleo”. De momento, se paga el mismo porcentaje de IVA que si se tratara de un producto nuevo. Es preciso articular medidas que revaloricen social y económicamente lo que significa reutilizar. Y a este cambio en los hábitos de consumo ayuda el que desde la Unión Europea se haga pedagogía sobre la economía circular, impulsando el consumo de estos productos. ¿Cómo? Las empresas fabricantes, por ley, tendrán que garantizar la responsabilidad del producto reutilizado. Los productores deberán revelar al consumidor hasta qué fecha va a durar el producto y asegurar que durante todo ese tiempo de vida se dispondrá de piezas de recambio. También, definir el recorrido que llevará de vuelta.
La concienciación está muy bien y hace cambiar comportamientos de consumo, pero “si no se regula o no se dan las herramientas para que se pueda competir en igualdad de condiciones, es prácticamente imposible que estos productos penetren en la sociedad”.
Para Surus Inversa el binomio empresa-Universidad es fundamental, sobre todo en unos momentos, como los actuales, en los que el cambio en el tejido productivo es crítico. Destacan el ejemplo escandinavo, donde la empresa está muy integrada dentro de la Universidad y lo que hace es poner medios para que en equis años se forme cierto tipo de perfiles que luego ellos demandarán.
Para Adolfo es importante que se fomente, desde las aulas, el concepto de “reempleo” porque cuando la necesidad económica devengada por la crisis ha obligado a consumir producto de segunda mano, es cuando nos hemos dado cuenta que en otros países lo llevan haciendo desde hace décadas. Esta idea del reempleo es fundamental para los emprendedores. Adolfo se pregunta por las razones que les llevan, en la mayoría de las ocasiones, a comprar todo nuevo cuando arrancan un negocio. Pone como ejemplo el modelo anglosajón, completamente diferente. Allí adquieren bienes a medida que tienen el dinero para hacerlo. “Es un tema cultural”, resume.
Durante la crisis económica en EE.UU., se recuperó el negocio de los “bobinadores de motores” para aprovechar la interminable vida del motor eléctrico. Su empresa vende a EEUU motores, válvulas, etc. tal cual las obtienen. Allí las limpian, pintan y testan para devolverlas al mercado. En España, asegura, habría un gran futuro en esta área de recuperación de elementos.
Si hoy las nuevas generaciones están más concienciadas con el mercado de la segunda mano es por un tema económico. Esta es su motivación. Lo contrario, es una conducta aprendida. A los jóvenes sí les resulta natural ir a la segunda mano. Lo hacen con sus móviles, con los juegos de ordenador, con la ropa, etc. “Esto sí es un cambio real de generación. Y lo deben aplicar en cualquiera de las ramas que estudien y en su propia vida”.
Entrevista realizada por: Manuel Redondo. Redacción: Nuria Dufour. Abril 2019.