La cultura y las industrias o sectores creativos son importantes en la Unión Europea. Estos fortalecen la estructura económica de la UE y su competitividad en la económica globalizada.

La irrupción de la digitalización ha transformado el mundo de la cultura. Desde el momento de su creación al modo y momento de consumo. Y ha creado nuevas oportunidades para la innovación y nuevas formas de llegar a la audiencia. Pero también la necesidad de enfrentarse a retos como la piratería  o los modelos de remuneración, etc…

 

El informe elaborado por la Comisión Europea  Mapping the Creative Value Chains, aborda estos temas analiza la situación de los sectores culturales y creativos en la UE y la influencia en ellos de la digitalización.

Un buen momento para reflexionar sobre todos estos cambios y oportunidades, puesto que el año 2018 ha sido declarado como Año europeo del Patrimonio Cultural.  En palabras de Mircea Diaconu, eurodiputado responsable de esta campaña en el Parlamento Europeo: “Queremos que el patrimonio cultural vuelva a la conciencia pública, darle la dignidad que merece y fortalecer nuestra identidad”.

La Comisión Europea hizo la propuesta de dedicar este año al Patrimonio Cultural teniendo en cuenta que: “El patrimonio cultura el más que la memoria de nuestro pasado; es la clave de nuestro futuro.” en palabras del comisario de Educación, Cultura, Juventud y Deporte, Tibor Navracsics.

La cadena de valor del patrimonio cultural y las industrias creativas

El término de cadena de valor procede del ámbito de las ciencias económicas, como forma de analizar o  concretar el valor añadido que tras diversas actividades de transformación adquiere un producto o servicio, desde su origen hasta llegar al momento de su distribución.

Muchas veces, es difícil adaptar este concepto económico a ámbito creativo. La UNESCO desarrolló por ello en 2009 el concepto de “ciclo cultural”  que aborda las fases de: creación; producción; difusión; exposición/promociión; consumo/participación.

Ese mismo año la Unión europea creó ESS-net que recoge datos de la “cadena de valor creativa”  a modo del cilclo cultural de la UNESCO.  Estas funciones reguladas por ESS-net  son: creación; producción/publicación; Diseminación/comercio; preservación; educación; gestión/regulación.

Nuevas oportunidades para la creación a través de la digitalización

El informe elaborado por la Comisión Europea sopesa con detalle estas nuevas oportunidades, de las que señalamos aquí:

La industria creativa, artistas, etc… pueden beneficiarse de una mayor autonomía comercial. La revolución digital ofrece a los creadores nuevas oportunidades de ser más autónomos y tener un papel autosufiente, slavando con ello las posibles imperfecciones del mercado y creando una mayor valor económico a través de su obra.

Las nuevas tecnologías y los canales de distribución ofrecen la posiblidad de reducir las barreras que impone el mercado, facilitar el acceso a la financiación, permitir nuevas formas de trabajo colaborativo.

Por todo ello, el proceso de creación se acerca al usuario final, al consumidor. Esta diseminación es también posible a nivel offline, pero es a nivel digital cuando aquiere su mayor potencial. Y lo que es más importante, favorece el nuevo paradigma de “emprendimiento creativo”, que desde hace una década es tenido en cuenta por el mundo académico y político.

Otro elemento importante es el poder de alcanzar el coste cero en la reproducción digital de un trabajo creativo.  y el poder ser independiente en propio proceso  creativo.  Tal y como ocurre en sectores como la música, o artes visuales.

Los canales digitales permiten la difusión online de los trabajos creativos, rompiendo las barreras impuestas por la distribución física que implica inversiones y requerimientos de logística a veces complejos. Además permite alcanzar nuevos mercados, nuevas audiencias y ofrecer un rango más amplio de productos culturales y servicios. Un ejemplo claro está en la industria cultural del libro o de los videojuegos. Además esta facilidad que promueve la distribución digital, fortalece la divesidad cultural.