En 1959 el Servicio de Prensa y
Comunicación, dependiente de la Dirección General de Información de la Comisión
de las Comunidad Económica Europea, aprobó por primera vez un presupuesto
específico dedicado a informar sobre Europa a los ciudadanos y especialmente a
los jóvenes. Conocidos como los “fondos Keyssing” se convirtieron en la base
financiera y jurídica de un nuevo departamento: Información
universitaria-juventud-Educación de adultos”. Su primer director, Jean Moreau,
fue nombrado en 1960 y contó desde 1961 con una pertinaz colaboradora: Fausta
Deshormes La Valle que concretó el proyecto de información sobre las
Comunidades Europeas en las Universidades creando los primeros Centros de
Documentación Europea.
Fausta Deshormes La Valle

Fausta Deshormes, de origen
italiano falleció en febrero de 2013 y es conocida sobre todo por formar parte
del Gabinete del Vicepresidente de la Comisión, Carlo Scarascia a cuyas órdenes
creó el Servicio de Prensa e Información de la Mujer que dirigió hasta 1992 año
en que fue nombrada miembro honorario de la Comisión Europea. Más de 400
universidades en toda la Unión Europea se benefician de su arriesgada idea que
ella misma describe en una entrevista concedida a la Comisión.
En 1960, dentro del equipo de
trabajo de Jean Moreau, Fausta Deshormes comienza a pensar cómo dar información
sobre integración europea en las universidades. Esto era un tema importante ya
que en 1961 se había dado cuenta de una importante carencia: “había muchos estudiantes federalistas y
‘europeistas’ como se conocían en Italia, que querían comenzar sus tesis
doctorales sobre la integración europea. Preguntaron a sus profesores, fueron a
sus bibliotecas y no encontraron nada. Así que lo primero que hice fue enviar
documentación a las universidades.”
En este momento, la Comunidad
Europea del Carbón y del Acero (CECA) empezaba a enviar documentación a las
bibliotecas nacionales y regionales, denominándolas bibliotecas depositarias,
pero que por su propia normativa, horarios, etc… no cubrían todas las
necesidades de acceso, especialmente de los jóvenes universitarios porque
estaban en muchos casos alejadas de las universidades.
Ante esta necesidad Fausta
Deshormes ideó un proyecto piloto aplicado a universidades italianas,
apoyándose en su amistad personal con Antonio Tatti, que era el encargado de
las cuestiones académicas y relación con los jóvenes en la Representación de la
Comisión en Roma. “Antonio tenía la misma
visión y la misma pasión en su trabajo que Moreau, y muy buenas relaciones con
el mundo académico”.
Otro apoyo importante fue conseguir la colaboración de
la Società Italiana per l’Organizzazione Iternacional  (SIOI). “Comenzamos
a  reunirnos con algunas facultades
italianas con el fin de crear Centros de Documentación Europea que se llamaban
EDC.”
Fausta Deshormes recuerda en la
entrevista: “Empecé en 1962 y en 1967 ya
había cientos de CEDs en todos los Estados de las Comunidades Europeas”
que
en esa época sumaban 6 estados (Bélgica, República Federal de Alemania,
Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos). En 1967 creó la publicación
“Nouvelles Universitaires”.
Así en 1963 comenzaron a
funcionar los primeros Centros de Documentación Europea, a los que se enviaba
documentación y se apoyaba a los que 
realizaban tesis doctorales sobre integración Europea. De hecho, la CECA
creó un premio a la mejor tesis doctoral en estos temas. El trabajo avanzó “creamos redes de becas, visitas a
instituciones, subvenciones para tesis, para seminarios…”
ofreciendo estas
oportunidades a alumnos, jóvenes en edad universitaria y profesores. Incluso en
Gran Bretaña, antes de su incorporación en 1973 “algunas universidades nos escribían espontáneamente y probablemente
habría ya CDEs. Recuerdo antes de la adhesión el de Sussex.”
Artículo publicado en el número 50 del  Boletín Europa Siglo 21