La idea de emprender creando una startup tecnológica nace en 2002 cuando David Yáñez, uno de los futuros socios de Vortex Bladeless, basándose en lo ocurrido con el puente de Tacoma Narrows -conocido puente norteamericano sin engranajes, rodamientos ni ningún mecanismo en su interior, cuya estructura de hormigón colapsó en 1940 por la enorme cantidad de energía que venía absorbiendo del viento-, desarrolla de manera muy conceptual un primer borrador de lo que con los años serían los aerogeneradores VORTEX: turbinas eólicas sin aspas. Un modelo de energía alternativa sostenible pionero en el mercado. Un artilugio en forma de cono gigante con una función similar a la de los paneles solares. En su caso, convertir el viento en energía.
El proyecto comienza entonces a pergeñarse mientras David Yáñez y Raúl Martín estudian ingeniería industrial. Uno, mecánica y el otro, automática. Al carecer de recursos para seguir adelante, cuentan, la idea se guardó en un cajón a la espera de que quizá algún día tuviesen financiación o agallas suficientes para enfrentarse al desarrollo de un proyecto de tamaña magnitud. Lamentan no haber tenido ayuda alguna de la universidad. “Ha sido una de las cosas más duras. Hay muchos proyectos que nacen abrigados de alguna manera por la universidad”.
Emprender, reconocen, es muy difícil. “Tienes que ir buscando la manera de conseguir lo mínimo que te permita compaginar emprendimiento con el día a día”. Ellos, al terminar la ingeniería, se incorporan, cada uno por su lado, al mercado laboral en el sector de la construcción, en pleno boom inmobiliario.
Ambas mentes inquietas comenzaron un recorrido de emprendimiento en distintos proyectos empresariales, para dotar de cierta inteligencia o capacidad de decisión/actuación (electrónica de control) a los componentes y sistemas mecánicos que carecían de ella (motores, actuadores, etc.), hasta sistemas de olfato artificial, que fueron reconocidos con premios nacionales de emprendimiento. “El problema de emprender es más difícil cuando el proyecto nace en un sitio donde no hay dinero. Tienes que ir buscando la manera de ir teniendo al menos lo mínimo que te permite compaginar emprendimiento con la misma vida”, afirma Raúl.
Transcurre el tiempo, casi ocho años, hasta que presentan la primera patente de aquel borrador, un aerogenerador sin palas basado en el fenómeno de la resonancia aeroelástica, es decir, al entrar el equipo en resonancia, el movimiento que se genera no es rotatorio, sino oscilatorio, aprovechando así la energía mecánica que se produce para convertirla en eléctrica.
Se trata de una nueva tecnología de energía eólica diseñada para uso residencial tanto en el entorno rural como en el urbano. “Tener la facultad de generar más energía allí donde más se consume: las viviendas”.
Los creadores de estos aerogeneradores piensan que las empresas que beben del target market que se centra en la sostenibilidad, en la cultura de lo verde, se beneficiarían. “Notamos que el proyecto tiene muchísima acogida y gusta mucho porque es algo innovador, porque es algo nuevo, pero también porque está de moda el concepto de genero mi propia energía, soy verde,…”, comenta Raúl.
La economía circular está presente desde el propio ecodiseño. ”Buscamos un equipo que sea muy barato, que sea poco ruidoso. ¿Por qué barato? Porque hacemos un mejor uso de los recursos en teoría, que los elementos sean reciclables, es decir, ese concepto circular está clarísimamente alineado con todo esto”.
Con respecto al perfil que bien podría trabajar en una empresa como la suya, buscan juventud, “cuanto más jóvenes, más familiarizados están con las nuevas tendencias”, pero también profesionales con experiencia en el sector de las energías sostenibles.
Uno de los lugares idóneos para colocar un equipo VORTEX sería, como ocurre con los paneles solares, en las cubiertas de los edificios. Sin embargo, la normativa en España no facilita la irrupción en el mercado de estas nuevas soluciones. “La normativa debería adaptarse a las nuevas tecnologías. El mundo cambia más rápido de lo que somos capaces de adaptarnos a él”.
VORTEX recibe muchas llamadas de la India, un país con leyes más laxas y con tanta necesidad de energía que “pondrían nuestros paneles en cualquier lado, hasta encima de los árboles”, comentan.
En contra de lo que ocurre en otros países en materia de sostenibilidad, en España no se tiene un concepto de generar tu propia energía. Debe de haber, afirman con certeza estos inventores, un cambio tanto en la mentalidad como en la tecnología. Buscar fuentes alternativas de energía, como en su caso, el viento. “Hay que estar abierto a todo. El mundo necesita tomar medidas drásticas y de comportamiento sostenible para encontrar soluciones al problema de energía que se nos viene encima”.
Entrevista realizada por: Manuel Redondo. Redacción: Nuria Dufour. Abril 2019.