Recientemente hablábamos de la Información como una competencia digital clave, además de  la Seguridad. Dando un paso más llegamos al objeto en el que desembocan y para la que sirven estas competencias: la comunicación y colaboración digitales. En estas acciones se manifiesta más claramente la actividad que da sentido al entorno digital y en la que se aporta más valor añadido, que no es otra que la de expresarse, interactuar e intercambiar conocimiento.

Aunque, en el fondo, no se trata de otra cuestión que trasladar a un entorno digital lo aprendido en un entorno físico, esta no deja de ser una competencia con características específicas, y por lo tanto, requiere de una definición, y un aprendizaje para ser asimilada. En esencia puede definirse como el conjunto de conocimientos y habilidades necesarias para comunicarse a través de herramientas digitales.

Los objetivos básicos a cumplir con esta competencia serían, siempre en el ámbito digital:

  • Interactuar: ser capaces de interactuar a través de las tecnologías digitales y saber manejarlas de acuerdo al contexto.
  • Compartir: compartir datos, información y contenido digital a través de la tecnología digital más adecuada. Actuar como intermediario y saber atribuir referencias y prácticas.
  • Participar: participar en el ámbito comunitario a través de servicios digitales públicos y privados. Encontrar oportunidades de autoempleo y para la participación ciudadano a través de las tecnologías más adecuadas.
  • Colaborar: usar herramientas y tecnologías digitales para procesos colaborativos, como la creación y producción conjuntas de recursos y conocimientos.
  • Comportarse: ser conscientes de las normas básicas de comportamiento en el uso de herramientas y tecnologías digitales. Saber adaptar estrategias de comunicación a una audiencia específica y estar atentos a la diversidad cultural y generacional en entornos digitales.
  • Identificarse: crear y gestionar múltiples identidades, así como ser capaz de proteger la propia reputación y lidiar con los datos que se producen con herramientas, entornos y servicios digitales.

La comunicación digital: una competencia vital

Al igual que ocurría con la Información, además del valor que pueda tener en el ámbito profesional, esta es una competencia necesaria en el desempeño personal al utilizar dispositivos conectados a internet y navegar por la Red. Es el primer paso para aprovechar las posibilidades intrínsecas del entorno digital, íntimamente ligado a las necesidades y posibilidades comunicativas y de información.

Pero más allá de lo que supone en el ámbito personal, la comunicación digital ofrece enormes posibilidades en el entorno profesional e incluso en el previo a la entrada al mercado laboral, como es la búsqueda de trabajo. El uso creciente de herramientas colaborativas, por ejemplo, o de nuevas tecnologías sobre distintas plataformas y sobre audio y vídeo, suponen un reto, tanto de aprendizaje en su gestión, como de adaptación del lenguaje, y de la propia “etiqueta”.

La adquisición de esta competencia es cada vez más necesaria dado que los usos y costumbres sociales están llevándonos a volcar toda la actividad social en el entorno digital. Esta realidad es tan clara, que incluso, cada día, aumenta la interdependencia entre la comunicación y las relaciones en el entorno digital y en el entorno físico.