Desde 1998 la Unión Europea (UE) ha mantenido diversas líneas de investigación sobre el tema de las competencias, cómo integrarlas en la enseñanza, cómo identificarlas, cómo evaluarlas etc. Todo este trabajo ha dado como resultado un sistema de clasificación de competencias que ha tenido un desarrollo paralelo en el campo de la educación, especialmente la superior. En ese contexto, las competencias digitales se han añadido o integrado con las ya definidas por Europa anteriormente y en estos momentos se está definiendo el modo en que se integrarán en los métodos de enseñanza y evaluación de la Universidad.

De momento, el proceso de Bolonia y la creación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) están contribuyendo a ese objetivo. Con ellos se ha transformado el sistema universitario europeo y se avanza cada día en la mejora de su calidad y el establecimiento de sistemas de equivalencia entre curricula, donde se reconoce también el valor de las competencias digitales. Asímismo, entre sus objetivos se incluye el de formular criterios académicos, competencias, cualificaciones profesionales, etc, que respondan a las demandas del mercado laboral.

Como puede verse, el tema de las competencias enlaza el currículum con el mercado laboral y su reconocimiento oficial es una forma de responder a las demandas de este último. Pero para que las competencias, entre ellas las competencias digitales, cumplan con su función en la inserción laboral y el desarrollo profesional, deben encontrar primero, su espacio en el sistema educativo, y por ende, en la Universidad.

En España, se ha avanzado en ese sentido a través de la LOU y sucesivas legislaciones ya que entre sus principios rectores, en el orden metodológico, está  la adquisición de competencias, haciéndose énfasis en los métodos de aprendizaje de las mismas así como en los procedimientos para evaluar su adquisición. De forma paralela, se han creado redes diseñadas para facilitar el reconocimiento de los títulos, la movilidad académica y profesional, desde el punto de vista de su gestión fuera del país de origen.

Para terminar este recorrido, el Comunicado de Bucarest manifiesta que “las instituciones de educación superior juegan un papel clave en la transferencia del conocimiento y contribuyen al desarrollo a nivel regional, a través de la mejora continua de las competencias y del fortalecimiento de las alianzas del conocimiento”.

La evaluación de competencias digitales

Pero, ¿cómo evaluar las competencias en la propia Universidad? De momento, se establecen una serie de herramientas, trasladables al ámbito de las competencias digitales:

  • el portafolio, que destaca el desarrollo académico y profesional de los estudiantes pero que además puede ser un instrumento clave para la defensa del trabajo de fin de grado. (Arraiz, 2013)
  • El feedback 360º, que se ha aplicado con éxito a la evaluación de competencias combinado con las rúbricas.
  • La rúbrica, que define unos criterios sobre los que se va a realizar la evaluación y los asocia a una escala que permite valorar el cumplimiento de cada uno de ellos. La rúbrica mejora el rendimiento académico al fijar objetivos claros sobre temáticas concretas.

Avanzar en este terreno, por tanto, requiere implantar la formación por competencias, también las digitales, en el ámbito universitario español; una cuestión todavía pendiente debido principalmente a que su aplicación supone un cambio de mentalidad y de métodos de enseñanza y evaluación y especialmente por la falta de financiación que supone ejecutar estas reformas. (Cano García, 2016)